sábado, 22 de abril de 2017

LENGUAJE Y PENSAMIENTO

Lenguaje: El lenguaje humano es un sistema flexible de símbolos que nos permite comunicar nuestras ideas, pensamientos y sentimientos. A diferencia de la comunicación animal, el lenguaje humano es semántico o con significado: podemos intercambiar información detallada acerca de todo tipo de objetos y acontecimientos, sentimientos e ideas. Podemos decir a otros no sólo “¡Cuidado!” sino también por qué. El lenguaje humano se caracteriza también por el desplazamiento: nos libera del aquí y ahora, de modo que podemos comunicar tiempo y espacio a gente que nunca estuvo en el lugar o tuvo la experiencia que describimos. Al enfrentar un problema, podemos considerar soluciones alternativas, estimar sus consecuencias y sopesar en la cabeza los costos y beneficios de diferentes acciones antes de hacer cualquier cosa. En resumen, el lenguaje nos permite realizar experimentos mentales: Si... entonces. Por último, el lenguaje humano es productivo: podemos combinar sonidos para formar nuevas palabras, arreglar palabras en frases y organizar las frases en oraciones; las posibilidades son casi infinitas.

La estructura del lenguaje

Sonido y significado: El lenguaje hablado se basa en unidades universales de sonido llamadas fonemas que indican cambio de significado. En inglés existen alrededor de 45 fonemas, en español aproximadamente 22, y en algunos idiomas hasta 85 (Bourne, Dominowski, Loftus y Healy, 1986). En inglés, /z/ y /s/ son fonemas: los sonidos z y s carecen de significado inherente, pero los fonemas pueden agruparse para formar palabras o partes de palabras. La palabra caza tiene un significado diferente de la palabra casa. Los morfemas, combinaciones significativas de fonemas, son las unidades mínimas de significado en un lenguaje. Este término se aplica a palabras enteras (rojo, calma o caliente) o a partes de palabras que transmiten significado. El sufijo aba indica tiempo pasado (como en caminaba, gustaba o cuidaba).

Gramática: A su vez, las palabras pueden unirse en pensamientos todavía más complejos. Así como existen reglas para combinar fonemas y morfemas, también existen reglas para estructurar oraciones y su significado. Esas reglas son lo que los lingüistas llaman gramática. Los dos componentes principales de la gramática son la sintaxis y la semántica. La sintaxis es el sistema de reglas que gobierna la forma en que combinamos las palabras para formar frases y oraciones significativas. Por ejemplo, en muchos idiomas el orden de las palabras suele determinar el significado de una oración. “Sally golpeó al carro” significa una cosa, “El carro golpeó a Sally” significa algo muy diferente y “Golpeó Sally carro el” carece de sentido.

 Imágenes: En una sociedad dominada por el mundo de la imagen desde los más diversos soportes tecnológicos, los signos de comunicación escrita se van transformando en instrumentos de comunicación gráfica.
 ¿Esta omnipresencia de las imágenes se corresponde con un conocimiento razonable de su utilización y finalidad?.
 Las imágenes tienen un lenguaje, transmiten mensajes, configuran nuestra cultura, la sociedad y los valores que la sostienen. ¿Conocemos su naturaleza, los mecanismos de significación, su funcionamientos y sus posibilidades?.
 Los alumnos de hoy antes que aprender a leer o escribir, aprenden a ver imágenes, o mejor dicho, están habituados a verlas y consumirlas. ¿Disponemos de una investigación suficiente para conocer el fenómeno de la imagen como instrumento pedagógico que desarrolla una didáctica particular.
 Sólo el uso de este lenguaje y la comprensión de su poder comunicativo nos darán la agilidad psicológica para enfrentarnos críticamente a los modelos y valores que nos vienen propuestos. No existe capacidad crítica cuando se carece de códigos para plantear soluciones distintas o se es mero consumidor de mensajes elaborados.
 De lo dicho se desprende la necesidad de capacitar a nuestros alumnos, futuros maestros, en el dominio de este lenguaje.
 Los futuros maestros han de ser conscientes de la importancia que tienen las imágenes como medio didáctico y como lenguaje específico eficaz para comunicar información. Llegamos así a la necesidad de defender la alfabetización visual. El lenguaje icónico ha de ser enseñado y aprendido en los centros donde se forman los futuros maestros. Desde el conocimiento de este lenguaje y el desarrollo de estrategias de intervención o destrezas de aplicación práctica, capacitaremos a los futuros maestros para estos eduquen y preparen a sus alumnos en una sociedad tecnológica.

Conceptos: Los conceptos son categorías mentales para clasificar a personas, cosas o eventos específicos (Komatsu, 1992). Perros, libros y carros son conceptos que nos permiten categorizar los objetos del mundo que nos rodea. Rápido, fuerte e interesante también son conceptos que permiten clasificar a cosas, eventos o personas. Los conceptos proporcionan una forma de agrupar o categorizar las experiencias de modo que no tenemos que sorprendernos al encontrarnos con algo nuevo. En cierta medida sabemos qué pensar y no es necesario inventar una palabra para cada nueva experiencia.

Prototipos: Podemos sentirnos tentados a pensar que los conceptos son simples y definidos. Pero muchos conceptos no son simples ni claros, sino “borrosos”. Se traslapan y a menudo están mal definidos. Por ejemplo, la mayoría de la gente puede distinguir a un ratón de una rata, pero pocos pueden producir una lista exacta de las diferencias principales entre ratones y ratas (Rosch, 1973, 1978, 1998, 2002). Si no podemos explicar la diferencia entre ratón y rata, ¿cómo podemos usar esos conceptos borrosos en nuestro pensamiento? Una posibilidad es que construimos un modelo, o prototipo, de un ratón representativo y uno de una rata representativa; luego usamos esos prototipos en nuestro pensamiento. Rosch argumentaba que nuestro concepto de ave, por ejemplo, no consiste sólo en una lista de los atributos principales como “plumas”, “alas”, “dos patas” y “vive en los árboles”. Más bien, la mayoría de nosotros tiene en la mente un ave modelo, o prototipo, como un loro o un gorrión, que captura para nosotros la esencia de ave.

El Pensamiento
El concepto de pensamiento refiere a la operación intelectual de carácter individual que se produce a partir de procesos de la razón. Los pensamientos son productos que elabora la mente, voluntariamente a partir de una orden racional, o involuntariamente a través de un estímulo externo. De este modo se quiere establecer una definición concreta de algo tan abierto como tener cualquier idea dentro de la cabeza. Todo tipo de obra, artística o científica, se forma a partir de un pensamiento madre que se comienza a rellenar y complementar con otros.


una suposición fundamental de la psicología y de la filosofía era que los procesos básicos de la cognición humana eran universales. Se aceptaba la idea de que las diferencias culturales afectan lo que la gente piensa. Así, los ancianos Masai del Serengeti cuentan su riqueza en cabezas de ganado, mientras que los banqueros de Wall Street miden la suya en acciones y bonos. Pero se suponía que los hábitos de pensamiento, es decir, los modos en que la gente procesa la información, eran los mismos en todos lados. Se pensaba que la tendencia a categorizar objetos y experiencias, la capacidad para razonar lógicamente, y el deseo de entender las situaciones en términos de causa y efecto eran parte de la naturaleza humana, cualquiera que fuera el escenario cultural (Goode, 2000a). En esta sección examinaremos la validez de esos puntos de vista.


El pensamiento de las personas tiene una serie de características. Es acumulativo y se desarrolla a lo largo del tiempo, ya que funciona a partir de estrategias de pensamiento que se van añadiendo entre ellas. Estas estrategias tienen la forma de apuntar a resolver problemas. No solo sucede que el pensamiento se refleja en el lenguaje, sino que también va configurando al propio lenguaje. Es su modo de conservación, pero también es uno de sus ámbitos de transformación.
El pensamiento se puede presentar de distintos modos, según el tipo de operación mental que requiera la actividad:

  • El pensamiento inductivo es el que se apoya en una particularidad y a partir de allí la extrapola y la transforma en una generalidad. Si algo es cierto en algunas ocasiones, lo será en otras similares.
  • El pensamiento deductivo es el que parte de una generalidad y la aplica a cada particularidad. Si se conoce un todo, las partes obedecerán a las leyes generales del todo.
  • El pensamiento interrogativo es el que se utiliza cuando uno tiene una inquietud, incluye la forma en la que será presentada la pregunta para obtener efectivamente la respuesta deseada.
  • El pensamiento creativo es la fuente de toda realización artística: no es muy sencillo de explicar, pero tiene la particularidad de no tener límites y estar abierto a la producción de cosas nuevas, de cualquier índole.
  • El pensamiento analítico es el que categoriza las ideas, mientras que el sistémico es el que las interrelaciona.
  • El pensamiento crítico es justamente el que es capaz de evaluar el paradigma con el que se fundan todos los otros pensamientos. Se trata de evaluar la forma en la que se desenvuelve el conocimiento, asegurando una mayor autonomía a la hora del ejercicio del pensamiento


                                                                                    

Lenguaje y cognición: Hemos visto que el lenguaje está estrechamente ligado a la expresión y comprensión de los pensamientos. Puesto que nuestro idioma determina no sólo las palabras que usamos sino también la forma en que combinamos esas palabras en oraciones, ¿puede el idioma determinar también lo que podemos pensar? Algunos teóricos creen que así es. Recuerde que en el capítulo 5, dedicado a la memoria, advertimos que el lenguaje afecta la memoria de largo plazo. Como señalaron Lindsay y Norman (1977), “la memoria para las experiencias perceptuales individuales se relaciona directamente con la facilidad con que el lenguaje puede comunicar esa experiencia” (p. 483). En un estudio sobre este efecto, los participantes miraron parches de colores y le asignaron un nombre a cada uno (Brown y Lenneberg, 1954). Los colores que se nombraban de manera rápida y sencilla (como azul) se recordaban con más facilidad que los que requerían más tiempo para recibir un nombre y recibían etiquetas menos comunes (como azul cielo o azul pálido). Si el idioma afecta nuestra habilidad para almacenar y recuperar información, también debería repercutir en nuestra destreza para pensar en las cosas. Benjamin Whorf (1956) fue un portavoz pionero de esta posición denominada determinismo lingüístico. Whorf advirtió, por ejemplo, que los Hopi, un pueblo nativo americano del suroeste de Estados Unidos, sólo tienen dos sustantivos para todo lo que vuela. Uno se refiere a las aves, el otro se usa para todo lo demás, sean aviones, cometas o libélulas. Por ende, de acuerdo con el determinismo lingüístico, los Hopi interpretarían a todas las cosas voladoras en términos de alguno de esos dos sustantivos; algo en el aire sería un ave o algo que no es un ave.



Ver El Vídeo:
Códices Aztecas, Imagen y Lenguaje Por: Alfredo Tenoch Cid Jurado

Universidad Nacional de Colombia.

Concepto.de
Fuente: http://concepto.de/pensamiento/#ixzz4f0dQrIH4
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Fuente: http://concepto.de/pensamiento/#ixzz4f0czAymq






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